LA CULPA
Cuentan que en cierta ocasión vieron a la culpa, caminando
por la calle y como siempre, iba angustiada, rota, llena de dolor, llena de
pena y de auto compasión, sintiendo como el pecho la oprimía y apenas podía
respirar. Con dolores de cabeza, sintiendo esa desazón que la impedía vivir.
Con tanto dolor se la oía murmurar.
-Ya no puedo más, es imposible vivir así.
Empezó a subir el barranco de los desesperados, que conduce
a un acantilado utilizado por los desesperados para poner fin a su existencia.
Mientras iba subiendo con su desesperación, vio a lo lejos
una fuente y junto a la fuente se encontraba una bella adolescente de rasgos
puros, vestida con una túnica blanca impoluta.
Cuando se aproximó a la fuente la adolescente la sonrío dulcemente y sin mediar palabra le ofreció un vaso de aquel agua fresca y transparente.
La Culpa, con su angustia y desesperanza tomo el vaso y se
lo bebió de un solo trago. Posteriormente tiró el vaso en forma de menosprecio.
La Culpa, dio media vuelta y siguió subiendo en busca de una
solución que pusiera fin a tanto dolor.
Según subía fue notando como la presión del pecho fue
disminuyendo, el dolor de cabeza se hizo soportable y la angustia que la
engarrotaba empezó a desvanecerse. La respiración hacía que sus pulmones
tomaran el aire limpio y puro como hacía mucho tiempo que no ocurría.
En su interior una semilla de paz empezaba a mostrarle la
vida de otra manera. Su dolor, su resentimiento tomaba otro aspecto. Los
acontecimientos que antes la angustiaban ahora eran contemplados con otra
perspectiva.
Un tanto desconcertada, pero agradecida de que su dolor y
mal estar se fuera aliviando buscó en su interior algo que le explicara que
estaba ocurriendo. Y allí, en un rincón de su Ser apareció el Perdón. No era el
Perdón del que ella había oído hablar, un perdón que sigue viendo culpa,
resentimiento y victimismo. Era un Perdón que contempla las cosas como errores
sin mala intención, donde todo se puede rectificar y des-hacer, donde nadie
gana y nadie pierde.
Con esta nueva visión el rencor, el resentimiento, la rabia
y la ira fueron desapareciendo de su Ser.
Empezó a estirar su engarrotado cuerpo, a liberar sus
articulaciones, respirando lenta y profundamente, sintiendo la vida desde
dentro, libre de todo lo que la había estado aprisionando.
Como un Ser nuevo empezó a descender el barranco, una
sonrisa había aparecido en su rostro, se había liberado.
Al llegar a la fuente vio que la joven adolescente ya no se
encontraba allí. En la fuente vio un cartel que antes no había percibido.
"FUENTE DEL AMOR".
El Amor todo lo cura, todo lo sana, es la falta de Amor lo
que nos enferma. El dolor, el resentimiento en nosotros nos ahoga, nos quita la
vida. La culpa no sirve para nada, es algo que nosotros creamos y alimentamos,
por nuestras creencias. Nadie es culpable, la culpa no ayuda. Acepta tus
errores y perdónate y perdona a los demás. El Perdón libera, más al que lo da,
que al que lo recibe. Perdonar es contemplar con otros ojos aquello que
ocurrió, es rectificar nuestra visión. El Amor lo es y lo puede todo.
Con todo el cariño
MGB
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